domingo, 8 de agosto de 2010

Oda a un pensamiento en altavoz


Ayer, o quizás hoy en mi considerable desconcierto por este dia inmortal, tuve o tengo la convicción de que usted regresa a mi mundo, al mundo del cual nunca ha salido, aquel que reemplazó sus fronteras por la silueta de su cuerpo, por el suave y dulce sonido que cuelan las notas de su voz. Su presencia es incuestionable. Es su perfume el que habla, perfume de diversas lenguas, equilibrados aromas, una misma naturaleza.

Sin embargo no veo, siento. Puedo reparar que está aquí, que traza en mi cuerpo las huellas de su alma, que escribe en mí. Figura vivaz, pensamientos que se fusionan con los míos, ojos que fugan su mirada inocente hacia la mía. Jamás se fue aunque así parezca, siempre estuvo, eternamente estará. Y si me equivocara “Que importa” igualmente estará. 



Solo pienso y usted vuelve, vuelve con versos, con caricias, con besos, vuelve con pasos que revelan su presencia permanente. Notas que no se fue, notas que esto aún persiste, usted está aquí. Luego viene la nostalgia.

Se fue o no, confusión. Problemas de muchos. Está, siempre estará, en este segundo está sin más presencia que la propia.

Donde está yo sigo, puramente por eso, sin egoísmo, sin deseos extravagantes, sin excesos. Si me voy ella está conmigo, se que para ella nunca me fui, siempre estuve, de hecho ahora estoy.

P.D. Nieves Jaar: Obrigadissimo.

Danny Rodríguez, Arq. 

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