Los jóvenes son los pulmones de una sociedad, el futuro de ésta depende en gran medida de la actitud que cada joven pueda tomar, sea ésta positiva o negativa. Una sociedad debe estar dirigida por hombres que puedan garantizar el desarrollo sistemático de la misma, que avalen el proceso evolutivo en cuanto a la libertad en todo el sentido de la palabra, y la sucesión de jóvenes destinados a seguir encaminando la sociedad por el sendero correcto.
En una sociedad oprimida, la juventud como fuerza naciente y en desarrollo debe sacar sus garras, usar cualquier medio decente y luchar por los derechos civiles, por la libertad de opinión, por la igualdad de las personas que viven junto a ellos. Es su deber usar lo que tengan a la mano como medio de lucha: Redes sociales, música, poesía, pintura, prensa escrita, radio, televisión, etc. Es bueno señalar que cada miembro de la sociedad juega un papel sumamente importante, pero los jóvenes son los que ocupan el primer lugar por ser el impulso del futuro, por tener en sus hombros en porvenir de su nación y por ser el gran grupo de individuo que está a la vanguardia de los tiempos.
Si bien es cierto que a veces los jóvenes no están en plena capacidad para ocupar cualquier papel importante en una sociedad, no se puede olvidar que la gran mayoría tiene un enorme deseo de aprender y poseen muchos sueños positivos, los cuales pueden influir de manera efectiva al desarrollo de un pueblo.
Los buenos jóvenes están ahí, los instrumentos están ahí, la sociedad sigue viva, solo falta el esfuerzo de muchos, el coraje de algunos. Solo los jóvenes son capaces de luchar de una manera pacífica y enérgica para lograr así un cambio profundo, un cambio real.
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